Según estadísticas económicas, la minería es el sector de mayor expansión en el país. Sólo en 1989 llegó a representar un 50 por ciento de todas las exportaciones nacionales.
Las cifras se fundamentan en los índices de explotación de
petróleo, carbón, oro y ferroníquel, donde la Costa Atlántica aporta entre 50 y
100 por ciento de los terrenos de explotación con respecto del resto país, a
excepción del oro y el aceite.
Pero la explotación de los productos mineros como carbón,
níquel o gas natural si no se efectúan como es debido causan negativos impactos
ambientales, irreversibles.
Según un estudio hecho por el Instituto Nacional de los
Recursos Naturales (Inderena), el impacto ambiental que causa la explotación
minera, es grande. Las transformaciones que causan al medio ambiente inciden en
los recursos hídricos, geológicos, biológicos, atmosféricos y socio-económico.
Algunas de esas consecuencias son prevenibles, pero otras, irremediablemente,
no pueden evitarse.
En el recurso hídrico la minería a cielo abierto, por
ejemplo, causa contaminación de los cuerpos de agua por residuos sólidos y
vertimientos domésticos e industriales relacionados con la actividad minera. En
consecuencia, aumenta el contenido de los sedimentos y se causa desviación de
los cauces de los ríos que generan inundaciones, transformación del paisaje y
pérdida de cultivos.
En el campo geológico se producen cambios topográficos y
geomorfológicos debido a la remoción de las capas superficiales del terreno. La
inestabilidad de los terrenos al dejar las formaciones rocosas al descubierto, puede
ocasionar el desencadenamiento de fenómenos erosivos.
También se produce un aceleramiento de los procesos de
resquebrajamiento de la roca con separación de las partes y fallas en las
unidades rocosas por el uso de la dinamita.
En el campo biológico, el impacto sobre los bosques naturales
y la contaminación del agua ocasionan la pérdida de recursos y especies en
peligro de extinción.
En cuanto al plano social, en cualquier zona de explotación
minera, se da un aumento de la demanda de los servicios, migraciones masivas de
población, cambio de actividades económicas y sociales y por ende el abandono
del campo.
Paralelamente, la construcción de vías y oleoductos para
sacar el producto explotado produce alteración de suelos, fauna y flora en
todos los ecosistemas por lo que necesariamente tienen que pasar; se puede
presentar contaminación por derrames no previstos o accidentes causados por
descuido o intencionalmente. Así como contaminación visual o gaseoso por las
emisiones de gases o escape del polvillo en el caso del carbón, que es transportado
desde las zonas de producción hasta los puertos de exportación, vía terrestre.
Según estudio hecho en la región por el Consejo Regional de Planificación
de la Costa Atlántica (Corpes), aún no se tiene conciencia del valor de los
recursos para su uso interno, así como tampoco se ha conseguido una conciencia
ecológica que permita desarrollar la minería a gran escala disminuyendo el
impacto ambiental .
Para evitar que estos problemas se sigan presentando, el
Ministerio del Medio Ambiente dijo que no se dará vía libre a ningún tipo de
proyecto de desarrollo sin previo estudio de impacto ambiental y la licencia
que le amerite la realización de tales explotaciones.
Mientras que las poblaciones que conviven en estas regiones,
sostienen que las empresas deben hacer un esfuerzo mayor para evitar que se
siga deteriorando los recursos naturales.
El impacto se puede evitar En algunos campos se ha avanzado
mucho, caso del Cerrejón Zona Norte donde se ha implementado un programa de
saneamiento ambiental. Pero en otros, principalmente la explotación petrolera y
de gas, los problemas se acentúan. Muestra de ello es que a finales del año
pasado el ministerio del Medio Ambiente ordenó el cierre del campo Cicuco de
explotación petrolera en Bolívar.
Igual las autoridades ambientales han cuestionado la
explotación aurífera del sur de ese departamento, la explotación de carbón en
el Cesar y la de ferroníquel en Cerromatoso.
Los más perjudicados han sido los cuerpos de agua como
ciénagas y ríos que subsisten al lado de los complejos mineros.
COMO SE PUEDE OBSERVAR EL LA GRÁFICA ANTERIOR, EL SECTOR MINERO ES EL SEGUNDO DOMINANTE DE LAS EXPORTACIONES EN COLOMBIA.
EL SIGUIENTE VÍDEO MUESTRA UNA CAMPAÑA EN CONTRA DE LA MINERÍA EN NUESTRO PAÍS.
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